Permítame que a pesar de que el centro es la Palabra de Dios y centraremos nuestra atención en ella, permítanme centrarme hoy en nuestro patrono, San Juan XXIII . Él utilizaba un término muy italiano que es aggiornamento, que significa actualización, necesitamos que la iglesia se actualice, que esté en diálogo con el mundo, que entre en capacidad de amistad, de interacción y de servicio. Quiero decir entonces que el Papa Angelo Giuseppe Roncalli era ante todo un buen pastor, y fue conocido como “el Papa Bueno”, por su bondad, por su ternura, por su misericordia, por su cercanía. Recuerdo una anécdota que contaban de San Juan XXIII, cuando empezaba su pontificado, lo entrevistan y le preguntan: “Santo Padre, ¿cuántos trabajan allá en la Santa Sede?” - Y él respondió: “Más o menos la mitad”, tenía buen humor, por favor pídanle al Señor que les de buen genio, a pesar de las dificultades que tengamos en la vida y cuando estén así como melancólicos, como tristes, como confundidos, es que uno necesita primero, un respiro, segundo necesita uno de un paisaje y tercero uno necesita el don del buen humor y de la buena actitud, ustedes pídanle al Señor por intercesión de San Juan XXIII que les de buen humor. Una de las características de la santidad cristiana católica es la alegría, tanto que él escribió un documento pequeñito, que ya casi nadie lo lee, pero que a mí me sirvió mucho siendo seminarista y después como sacerdote, este documento del Papa Juan XXIII y significa gozaos en el Señor, es decir que nuestra alegría sea el Señor y es una frase del Nuevo Testamento. Ahora quiero tomar la palabra de Dios a la luz de la persona y de la personalidad que es San Juan XXIII nuestro patrono.
Estamos leyendo al profeta Ezequiel, él está hablando de las imágenes pastoriles del Antiguo Testamento. En el Antiguo Testamento era muy fácil entender cuál era la misión de un pastor. Un pastor estaba junto al rebaño y eso lo entienden todavía hoy en día los campesinos, en una ciudad difícilmente, pero ¿cuál es esa imagen del pastor? El pastor es el cuidador, es el cuidador del rebaño, es el vigilante, pero mucho más que vigilante, porque es que el vigilante simplemente está observando y protegiendo, pero es que el pastor es alguien que incluso le pone nombre a sus ovejitas y las conoce con el nombre.
O sea, no son ovejas anónimas, sino que él las identifica y les pone nombre y sabe cuándo falta una o cuándo están todas, pero también el mismo rebaño tiene una relación con él. Son animales, pero son capaces de oler al pastor, son capaces de escuchar su voz y dice Jesús en el Evangelio después, a un extraño no lo seguirán. Pero miren los verbos que usa Ezequiel hablándonos del buen pastor, el buen pastor busca la oveja, la trae al rebaño, cura y venda a las que están heridas, a las que están sufriendo, pues eso es la actitud de un cuidador.
A mí me alegra encontrar hombres y mujeres que son cuidadores de otros, del que esté enfermo, puede ser un niño, puede ser un anciano, puede ser una persona sola y lo hacen con cariño, lo hacen con ternura. Eso es un pastoreo, eso es una pastoral de cercanía, de no dejar solas a las personas cuando están necesitadas, cuando dependen de nosotros y es una tarea de paciencia, es una tarea de cariño, es una tarea de caridad. Así como también nos sorprende cuando un cuidador se distrae con su celular, con su computador, se puede escuchar música y la persona que está bajo su cuidado, mire a ver cómo se defiende y las personas que lo contrataron, que generalmente son familiares, se van a trabajar tranquilos diciendo dejamos a mi madre o dejamos a mi hermano bajo el cuidado de alguien, pero esa persona muchas veces toma unas actitudes de agresividad que no corresponden al pastoreo, ni al cuidado, ni a la dignidad de las personas. Me alegra encontrar entonces personas que sí tienen esa capacidad de ser cuidadores.


